Crecí viendo sus películas, sobre todo una, que era la favorita de mi padre y por lo tanto, estoy segura de haberla visto mas de veinte veces y no puedo decir que a lo largo de mi vida, sino en menos de un año. Se volvió el equivalente a cualquier tortura (me viene a la mente la escena del "tratamiento" de Alex, en Naranja Mecanica jajaj)

Peter Sellers
Dir. Blake Edwards, 1968.
Ahora, por qué la ironía? Porque el pobre hombre era un deprimido, un adicto, un histérico, arrogante, hiperactivo y amargado (pobres de sus hijos y esposas!). Tal vez, los años lo hicieron así, tal vez la fama lo hizo así, pero véan sus películas, yo no puedo creer que ese tipo, no se haya divertido con su trabajo, no lo haya disfrutado. Creo que cuando conocí su historia (hay una película biográfica) abrí los ojos a las máscaras que nos ponemos, a lo hipócritas que podemos llegar a ser.
Gracias a él, o bueno, a su ejemplo, descubrí que lo más importante de la vida profesional-laboral, es disfrutarlo, encontrar algo que de verdad nos llene, que provoque una sonrisa diaria, un detalle que nos levante todos los dias para ir a ese lugar de trabajo. No padecer el trabajo, no sufrir el trabajo. Hay dias nefastos, lo sé, pero que eso no merme la satisfacción que nos alimenta el espíritu. Si nada de eso pasa, en qué nos convertimos? en amargados autómatas incapaces de sentir el menor respeto por quien si es feliz haciendo lo que quiere.