Volví la mirada hacia la entrada, le ví. Caminaba por el pasillo con ella en la mano. No tuvo idea, cuando la compró del impacto que me causaría.
Estallido de color rubí en rostro, sudor en las manos... Helicópteros en el estómago.
Esperaba todo menos eso... y me derritió.
Ese momento no lo olvidaré nunca. Lo prometo.