Nocturno
grito
Tengo miedo de mi
voz
y busco mi sombra en vano.
¿Será mía aquella sombra
sin cuerpo
que va pasando?
¿Y mía la voz perdida
que va la calle
incendiando?
¿Qué voz, qué sombra, qué sueño,
despierto que no he
soñado,
serán la voz y la sombra
y el sueño que me han robado?
Para
oír brotar la sangre
de mi corazón cerrado,
¿pondré la oreja en mi
pecho
como en el pulso la mano?
Mi pecho estará vacío
y yo
descorazonado,
y serán mis manos duros
pulsos de mármol helado.
XV