Lo puedo sentir, casi lo puedo oler, puedo ver que mis pasos van hacia el borde.
Cada día es un paso mas y si antes me daba miedo, hoy me resulta indiferente. No sé qué es peor.
Estoy caminando al filo, de qué, no lo sé aún, pero no veo luz y mucho menos un día de campo rodeandome. Siento que algo me jala o algo me empuja... Y saben? Siento que aún puedo hacer algo para evitarlo, pero no sé qué y no sé para qué.
El borde es un borde y por lo regular, si uno resbala de ahi, la caída es larga y dolorosa. Quizá la merezco.
Y como nadie tiene porque estar enterado, aplicaré una buena base de maquillaje y lo que nunca esperaba ponerme (una máscara) para ayudar en mi modus vivendi.
Dudo que sea malo, cuando menos hoy me parece bastante atractiva y práctica la solución. Una buena cara puede esconder cualquier cosa. Una carcajada puede ser ficticia sin necesidad de sufrirla. Creo dárme a entender.
El cuerpo lo tengo bien amaestrado y reacciona con seguridad al protocolo que dictan las fechas y los encuentros. La mente calla las voces oscuras y las manos tienen memoria para hacer el ponche y la cena. La bipolaridad se me está dando como nunca lo creí.
Pero no le veo fin a esta situación, francamente no veo, ni encuentro de dónde sujetarme. No encuentro nada bajo la superficie que sea lo suficientemente fuerte para no dejarme ir.
Y me pregunto, por qué no dejarme ir? Para qué quedarme aqui?
Creo que no siento nada bueno, no me siento nada buena.
A todos les parezco algo mala, algo enojada, algo incosciente, algo cobarde, algo grosera, algo ingrata, algo maldita, algo poco, algo _________ (be my guest)
Algo que se convierte en un todo, y eso es lo que soy, algo que pronto se convertirá en un mucho de cada adjetivo, de cada actitud.
Y entonces para qué seguir?