incepto tantummodo opus est

miércoles, 3 de febrero de 2010

Escalera al Cielo

La música llenaba el pasillo. Abrí la puerta y lo descubrí durmiendo a pierna suelta. ¿Quién puede dormir con la música tan alta?! “La debes escuchar a todo volumen y con los ojos cerrados, hazme caso, si te duermes, es lo de menos, antes la habrás escuchado mil veces”. Y lo hice.
Esa fue la primera vez que escuché Stairway to Heaven.
Tiempo después, con cigarro y cerveza de por medio, tuvimos una conversación sobre avispas anidando en la puerta de aluminio que aun sigo sin entender, su explicación era algo así como “se meten por la orilla del vidrio, entonces les tapo donde entra el cerrojo porque ese es su camino y rocío con insecticida, el insecticida se corre por todo el canal de la puerta y es la única manera en que se pueden matar....” (¿!). Piso abajo, una reunión propia de mujeres.
Fue la última vez que estuve frente a él y desde entonces un camel tiene un significado demasiado especial.
Hoy cumpliría 30. Y estoy segura de que subió por esa escalera.