incepto tantummodo opus est

martes, 9 de noviembre de 2010

23091979


I
En minutos la pesadilla comienza, la presión sube de manera incontrolable, el dolor penetrante combate contra la razón. No hay calmantes. No hay antídoto. La desesperación enloquece los sentidos. Gritos de agonia describen los calambres. Sudor frio recorre el cuerpo entero. El rostro enmarcado por lágrimas trata de explicar a la sala de emergencias lo incomprensible, lo inimaginable. El temor de morir esta latente......