incepto tantummodo opus est

viernes, 28 de enero de 2011

Hexen. Jueves 11pm/105.7

Para entender por que escogimos el nombre de DEAD CAN DANCE, hay que pensar en la sutil transformación de la inanimación en animación. Hay que pensar en el proceso que involucra la vida de la muerte y lo muerto en vida. Nuestra música tiene un patrón similar.
Regresando a 1984, cuando Brendan Perry y Lisa Gerard lanzaron su álbum homónimo DEAD CAN DANCE, Brendan juzgó pertinente usar una máscara ritual de madera de una tribu de Nueva Guinea como diseño de la portada.
El la vió como la perfecta representación visual del ancestral concepto de chaman al crear vida de un objeto inanimado a través del arte individual. Así es como Brendan y Lisa vieron el rol de su música dentro del más grande esquema de las cosas. Esa máscara de cierta manera, dice Brendan, aportó una interpretación para el término DEAD CAN DANCE, los muertos pueden bailar. A pesar de que fue alguna vez parte de un árbol viviente, pasó a ser una pieza inanimada de madera. Entonces sólo a través de la autenticidad de su creador pudo nuevamente regresar a la vida. Al ponerse la máscara en la cara, el hacedor puede tomar lo que alguna vez estuvo muerto y volver a dar vida.
Es interesante que esta creencia haya sido desarrollada en muchas sociedades diferentes. Desafortunadamente mucha gente omite el simbolismo de lo que tratamos de comunicar y simplemente asumen que el término Dead Can Dance fue una inocua referencia al death rock. Al contrario, nuestra música ha sido acerca de dar vida, no de quitarla.

Postal de Media Noche
Dead Can Dance
Hexen El Libro Negro