incepto tantummodo opus est

lunes, 19 de septiembre de 2011

El Desfile Militar









Mi noche mexicana estuvo bastante apagada, burlense: no hubo luz. Duró un rato la zona en completa oscuridad.. y como ya había cenado un sabroso pozole acompañado de un rico pambazo y a falta del grito televisivo, pues resignadamente y armada con antifaz y tapones auditivos me dispuse a dormir temprano. Lo cual rindió frutos, al día siguiente y por seguir con mi reloj biológico intacto, a las 8am ya estaba viendo las noticias y para las 10am tenía la energía requerida para seguir con el plan de la noche anterior: ir al Desfile Militar. Como se podrán imaginar, es imposible llegar en auto a las proximidades de Reforma, por lo tanto, decidimos llegar por Chapultepec. Caminando por Lieja y Burdeos, llegamos frente a la Torre Mayor, aun lado del Four Seasons, y nos apostamos sobre la acera, la cual ya tenía cierta población en espera de que los soldados hicieran su aparicion. La hora era perfecta: 11 am. He presenciado el desfile en varias ocasiones y siempre me ha parecido algo que cursimente me remueve mi sentido patriotico, imagino, que no soy la única con esas emociones. Ésta vez, Guardias Presidenciales y los contingentes de los Colegios fueron muy pequeños, contrario a las Fuerzas Especiales y la Policia Federal. Muchas mujeres y no necesariamente enfermeras. Ojo: mensaje subliminal o descarado? Después de un par de horas de información proveniente del señor de a lado: "las Fuerzas Especiales traen nuevas armas..(hasta dijo el nombre, pero no lo recuero!), esos cañones son los de 20..etc"; una señora a grito pelao: "bien muchachos, ánimo muchachos!", y comercio de todo lo que venga en mente, incluyendo la renta de sillas, terminó el desfile. Vamonos pues y hasta el año que entra! Divertido estuvo y sobre todo educativo en el sentido cívico para Teté, quién todavía en periférico, al encontrarnos con los del Colegio Militar ya en camino a Cuernavaca, les decia "adios" completamente emocionado.