incepto tantummodo opus est

miércoles, 24 de agosto de 2011

JLB

En el aniversario 112 del natalicio de Jorge Francisco Isidoro Luis Borges (24 de agosto de 1899, Buenos Aires) les deleitaré con algo de sus letras,

" los sueños son el género; la pesadilla, la especie. Estuve releyendo estos días libros de psicología. Me sentí singularmente defraudado. En todos ellos se hablaba de los instrumentos o de los temas de los sueños y no se hablaba, lo que yo hubiera deseado, sobre lo asombroso, lo extraño del hecho de soñar....
....No sabemos exactamente qué sucede en los sueños: no es imposible que durante los sueños estemos en el cielo, estemos en el infierno, quizá seamos alguien, alguien que es lo que Shakespeare llamó the thing I am, quizá seamos nosotros, quizá seamos la Divinidad. Esto se olvida al despertar. Sólo podemos examinar de los sueños su memoria, su pobre memoria...
....Ahora llegamos a la especie, a la pesadilla. No será inútil recordar los nombres de la pesadilla.
El nombre español no es demasiado venturoso: el diminutivo parece quitarle fuerza. En otras lenguas los nombres son más fuertes. En griego la palabra es efialtes: Efialtes es el demonio que inspira la pesadilla. En latín tenemos el incubus. El íncubo es el demonio que oprime al durmiente y le inspira la pesadilla. En alemán tenemos una palabra muy curiosa: Alp, que vendría a significar el elfo y la opresión del elfo, la misma idea de un demonio que inspira la pesadilla..."
Fragmento de La Pesadilla, una de las siete conferencias que juntas forman Siete Noches, Tierra Firme, FCE.


"Ergo, la traición de Judas no fue casual; fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención. Prosigue Runeberg: El Verbo, cuando fue hecho carne, pasó de la ubicuidad al espacio, de la eternidad a la historia, de la dicha sin límites a la mutación y a la muerte; para corresponder a tal sacrificio, era necesario que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un sacrificio condigno. Judas Iscariote fue ese hombre. Judas, único entre los apóstoles intuyó la secreta divinidad y el terrible propósito de Jesús. El Verbo se había rebajado a ser mortal; Judas, discípulo del Verbo, podía rebajarse a delator (el peor delito que la infamia soporta) y a ser huésped del fuego que no se apaga...."
Fragmento de Tres versiones de Judas, una pieza de Ficciones, Biblioteca Borges, Alianza Editorial.

Ambos libros son parte de los favoritos en mi biblioteca personal. Altamente recomendables. Luchen por leer algo del gran gran escritor.