incepto tantummodo opus est

jueves, 4 de octubre de 2012

Fragilidad

Nadie sabe lo que sucede... hasta que le sucede.
Puede venir oculta en lo mas insignificante, una gripa, una hipertensión... La fragilidad de la salud, el enfrentamiento contra la mortalidad. De uno mismo.
Yo nunca me sentí en peligro de muerte, cuando tuve una herida en forma de estrella en la cabeza y estragos en el cerebro. A mi me llegó cuando me dieron la noticia de tener un tumor en la cabeza. Afortunada caída (infeliz venturoso trabajo) que vino a descubrir lo que ocultaba mi destino.
Mas de uno hemos pensado en el día de nuestra muerte, hemos hecho inclusive, de la forma mas perversa, planes y testamentos. Y nos hemos sentido tranquilos ante la forma.
Pero cuando algo (o Alguién) nos dá una verdadera prueba de lo que es la mortalidad en la vida, caemos en un profundo abismo que sólo dá vueltas y se convierte en un martirio.
Hay pesar y no hay sueño, y cuándo lo hay, despertamos a mitad de la noche y la imaginación viaja a lo que "podrá ser" no en lo que es, nunca pensamos en el presente, siempre en el futuro y mal futuro.
Y terminamos llenando la cabeza de tonterias, ruido, cansancio, etc., para no dejar que esas ideas aniden. Por que nos resta energía, nos restan ganas.
Nadie que no haya pisado esos terrenos puede imaginar a qué grados dejas de vivir y se convierte en un sobrevivir. No desestimen ningun padecimiento, no hay que caer en la gravedad para sentir la gravedad.
Hay días que ves lo positivo de tu vida y es cuando en las noches te pesa mas sentirte enfermo.. mortalmente enfermo. Dias en que el futuro no se piensa, ni se siente. Dias en que todo está bien como está. Dias en que se olvida que hay mañana, que no importa si hay mañana, dias que son tan felices que las noches lo son mas. Y caes en un sueño tan profundo, tan reparador que olvidas por completo que la palabra "tratamiento" importa. Es una inhalada mas, es una pastilla mas. Es un dia mas.
Y así, procuré siempre tener la tranquilidad de que lo que he vivido ha sido al máximo y lo que me resta lo hago de igual forma, que el dia a dia es verdaderamente dia a dia. Hace mucho que estoy en paz conmigo misma y con mi vida.. con todos los que me rodean y con mis acciones.
Hace mucho que estoy lista para que sea el último día de mi vida. Y no he dejado de confiar en que estoy bien. Y no he sentido miedo. Porque el estar enfermo da certidumbre del cómo pasará o del cuándo pasará y eso, además de miedo, da una estúpida confianza y seguridad. (Saben a lo que me refiero?)
Claro, mentiría si les dijera que no me he sentido harta, cansada, angustiada por la incertidumbre, temerosa por la agonía. Por el dolor. Porque aun no ha terminado.
Y saben qué es lo mejor/peor? Qué ha pasado lo mas malo... y el resultado es que estoy aqui escribiendo.. y no fue lo que negativamente esperaba, así es que reescribiré mi testamento, porque al final de día, yo no tengo el control sobre lo que durará mi vida.. y quien la tiene.. no me dirá cuándo la perderé (Ni a ti)
Así es que, a vivir.