incepto tantummodo opus est

martes, 30 de octubre de 2012

Minutos de mi vida.

No sé cuándo sucederá ni en dónde, no sé bajo que circunstancias, quizá podría morir cuando cumpla setenta y seis años con diez meses, doce dias, diecisiete horas y treinta y seis minutos.
O puedo morir mañana, he usado muchos minutos de mi vida y quizá es tiempo de pasarlos a pagar.
El caso es que literalmente tenemos los minutos contados y yo los ocupo mucho.
Quienes me conocen bien, me han escuchado mucho esa expresión: "Daría tres minutos de mi vida por ... "
Pueden ir desde los tres minutos, cinco, siete, hasta los diez (digo mucho tres, cinco) pero básicamente depende de cuánta importancia le dé, depende de cuánto realmente lo quiera.
Sucede esto, doy minutos de mi vida por ver una cara en un momento exacto, por estar en un momento en especial, por regresar a un momento exacto, por vivir un momento exacto. Los doy por compartir, por estar con alguien en especial. Por reir con alguien en especial.
Es la mejor línea con la que puedo expresar mi deseo vehemente, mis ganas desaforadas, ser exagerada pero bien disimulada.. por que casi nadie capta la esencia de la frase, y mucho menos se detienen a pensar en la importancia de los minutos de vida, no se dan cuenta, de lo que soy capaz de dar (la vida misma, la muerte pronta) con tal de estar, con tal de ver, con tal de sentir. Y paso desapercibida... pero yo sí sé lo que digo.
No sé dónde la escuché, hace tanto, que lo he olvidado. Pero ya es mia y aunque es muy fácil que la diga, no lo hago, podría ser que mis minutos para el fin estén muy cerca y los tengo que administrar de la mejor forma.