incepto tantummodo opus est

viernes, 31 de agosto de 2012

Quién se acuerda?

De Bob Ross!!! y sus rocas felices, y sus árboles felices... y, por supuesto, la ardilla que vivia feliz en su jardín y en algun programa presentó (el animalito estaba en el bolsillo de su camisa)
En medio de una conversación, vino a salir el nombre de ese hombre de peculiar afro y sus trazos felices, y como hilo de media nos fuimos con los doblajes en películas, series, etc. Porque debemos de tomar en cuenta, que, El Placer de Pintar con Bob Ross fue famoso gracias al doblaje (ok, también porque mas de uno nos sentiamos con la capacidad de pintar al oleo cual artísta del Renacimiento, jaja).
En realidad, el doblaje mexicano en sí, es famoso, ya sea por que es estupendo, o de plano por estar convirtiéndose (a mi gusto) en algo nefasto. No hay (había) populismos, se respeta (ba) el lenguaje. Es un arte y vaya que es bien aplicado (era).
Mis razones para pensar los dos extremos? No hay un acento partícular y las palabras se dicen tal cual se escriben, y no a la mitad se dice ~poquito~ no ~poquitico~, ~tumbado~ no ~tumbao~, etc.
Por desgracia, creo que desde Los Increibles, comenzaron los espantosos doblajes no en español, sino en "mexicano".. pfff!!! "si, carnal", "no tengo chamba", "chido".... mas molesto es el escuchar a los niños repetirlo, cómo enseñarles a expresarse bien, si las caricaturas hablan peor que nosotros y para desgracia (o fortuna), las caricaturas son importantes en el desarrollo de los niños.